jueves, 11 de marzo de 2010

dimensión planetaria 3: arquitectura

para entender como esta reflexión afectaría en definitiva la arquitectura, un artículo nuestro publicado en summa a fines de 2004,
y una reflexión sobre la que venimos trabajando hace tiempo, detrás de encontrar nuestras respuestas mas pertinentes.

INSTITUCIONES PLANETARIAS
Minutos antes de acreditarme, desde la locanda en Venecia me comunicaba con nuestro estudio en Buenos Aires, preocupado por la calidad del material seleccionado a reenviar a Madrid, de modo que pudiera exponerse con dignidad en Lima, en la Bienal Iberoamericana de Arquitectura del Perú.
Una muy pequeña obra bienintencionada navegando por instantáneos mares eléctricos para sumarse a una forma de entender la arquitectura, en un ámbito preciso de la cultura arquitectónica en donde la maximización de los escasos recursos, la expresión de la esencia y el potencial del territorio construyen un paisaje cultural posible.
Gracias a la tecnología, Lima y Venecia parecen vecinas, y tal proximidad invita a disfrutar de la caminata por esta otra Bienal, que uno suponía próxima, o al menos, no tan distante.

Bienal de Venecia:
Meta morph: las formas de la mundialización
Lo irremediable de los procesos de globalización de la economía y la mundialización de la sociedad civil, es promovido por las mismas fuerzas que originaron las naciones modernas, proponiendo sistemas de vínculos socio políticos de una nueva escala.
La creación de instituciones planetarias por sobre las nacionales, supone en esa lógica de las nuevas escalas, mayor ecuanimidad y velocidad para comprender y resolver los dinámicos cambios inexorables que el mercado (las fuerzas?) propone.
Desde esa mirada sorprendente y lucida, Fernando Iglesias(1) advierte sobre la ocupación de esos nuevos espacios de decisión que afectan los intereses de una nueva comunidad de alcance planetario, la comunidad World.


El mercader y su arsenal.
La bienal necesariamente es una de estas nuevas instituciones planetarias, que de la mano de su director Kurt Forster, ha sido destinada a dar respuesta a esa fuerza que sin duda es el mercado.
Su curación retoma la línea de la muestra de Philip Johnson sobre deconstrucción y la continua, sin deconstruirla, para dar continuidad a un proceso iniciado hace 20 años que viene a consolidarse no ya como una alternativa, sino como la arquitectura oficial del mercado; el premio a Peter Eisenman da testimonio de esto.
Solo Estudios del primer mundo global (prácticamente no hay arquitectura del hemisferio sur en el Arsenal) se ven representados a través del filtro de Forster como uno solo, para dar respuestas a los grandes programas de la arquitectura de la abundancia, bajo el denominador común de que todo parece ser posible.
Los recursos no se miden, se disponen. No es necesario potenciarlos porque sobran y como sobran no son, se usan.
Se hace difícil diferenciar la procedencia cultural de las ideas: la tecnología de la información y la de la producción de los proyectos (que es la misma) acelera los procesos, los conecta, les permite materializar lo inmaterializable, lo que vuelve la producción fascinante y anodina a un mismo tiempo, empastando cualquier rasgo cultural que no termine siendo el de la cultura World. (para ponerlo en términos de Iglesias)
“El resultado es un panorama heteróclito que refleja a la vez la capacidad material de occidente y su confusión espiritual, su imponente poder físico y su impotencia intelectual” dice Luis Fernández Galiano(2) que habla de otra muestra que parece mostrar esto mismo.


La formas, las meta formas en proceso y las superficies aquí expuestas parecen vinculadas a sí mismas, a sus complejos procesos generativos, pero distantes de cualquier lugar, de cualquier cultura y de cualquier restricción habitual en la dinámica de la arquitectura.


Los jardines de la identidad
A pocos metros del Arsenal, pero muy distante en lo conceptual, Los Jardines dan marco a las expresiones nacionales de las diferentes culturas.
La manera opuesta en que se expresan las ideas se refleja también en los soportes de las muestras, ya que mientras el maravilloso Arsenal deviene en mercado y feria, galpón gigante repleto de góndolas (góndolas venecianas o góndolas de supermercado, góndolas Asymptote pretenciosas y baratas) los jardines invitan al viaje de un lugar a otro, de una cultura a otra, un viaje repleto de perfumes que impregnan de carácter y singularidad la deriva.
Opuestas a la uniformidad puesta de manifiesto en el Arsenal, ese pañol de objetos formales del que se nutre el mundo a construir (ese mundo es China?), los jardines resisten la macdonalización a fuerza de cabales expresiones de lo propio e inconfundible.
La muestra curada por cada país lejos de volverse una mirada retrograda y cerrada sobre lo local, es el soporte que permite construir una cultura global repleta de matices, la opción plural de una nueva expresión planetaria que entiende las particularidades y las respeta al repensarlas, una alternativa que se opone a la uniformidad como solución única propia del mercado.


Caminar por los jardines dispara hacia un futuro reconocible en el pasado, en cada pasado reconocible aun en el otro, un futuro vinculado a un proceso progresivo de búsqueda que liga tradición, tecnología, territorio y riesgo, que necesariamente evoluciona a partir de una historia.
El Arsenal sin embargo nos invita a una experiencia futura sin precedentes, que empieza en si misma en un salto al vacío que solo las nuevas tecnologías pueden llevar adelante, y que en mano de timoneles como Forster pueden transformarse en pura expresión narcisista 3D.

Ambas formas de entender el progreso conviven aquí, en una fricción propia de la construcción futura.
Venecia nos obliga a profundizar la mirada, y nos permite ver que mas allá de la pirotecnia del Arsenal, hay un camino.

Noviembre 2004

(1) Fernando a. Iglesias / Que significa hoy ser de izquierda. Reflexiones sobre la democracia en los tiempo de la globalización. / Editorial Sudamericana
(2) Luis Fernández Galiano / En casa del enemigo, texto aparecido en el diario El País, España, el 11/9/2004

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