esos milagros incomprensibles: dibujos que se vuelven lugares donde gente trascurre sus vidas, hechas a mano, ladrillo por ladrillo, cucharada por cucharada, por laburantes que amanecen de noche, que viajan como pueden, mal en general.
que no entendes como no se les parten los dedos del frio.
pero que vos sabes que a pesar de todo, tienen orgullo por eso que hacen. las obras son suyas en definitiva; literalmente las hacen con sus manos, con el cuerpo.
es una bendición poder ver los proyectos llegar a su destino; como poder cuantificar la cantidad de riesgos y circunstancias imprevisibles a la que queda expuesto un proceso de semejante complejidad, del que somos, increiblemente, responsables.
de todo!!

quien armó nuestro status en relación a la obra?
como nos ha dejado tan desamparados a los arquitectos??
porque esta tan mal cuantificada nuestra tarea, sus límites, sus responsabilidades?
realmente nos gusta tanto lo que hacemos como para subvencionar a todos los que están involucrados en el proceso?
si un municipio se toma 6 meses para evaluar o aprobar algo, cuando no es un año, quien lo penaliza?
si un ministro de economía toma medidas que hacen, por ejemplo, que nuestra actividad caiga un 20%, quien lo penaliza?
si el que te entrega un templado se demora un mes y deja al resto de los 10 gremios de la obra, esperando, quien lo penaliza?
(le harías un juicio a un vidriero que está defendiendo su taller, y a sus empleados, y hace lo que puede, entre tarifas y recesión? nosotros, no)
pero entonces?

cobramos por hora como esos grandes buro de abogados que te dan vuelta el relojito apenas terminan de darte la mano al saludar?
los clientes siempre bancan, por suerte, aunque hay que explicar las cosas como si no estuvieran bien a la vista, y eso también son pequeñas batallas amables que desgastan.
pero llegas a las obras,
el sol ayuda un poco,
la astucia para resolver las cosas en obra entusiasma, los obreros son unos capos,
y ni hablar cuando llegas a los asados.

la misma envidia que le tengo a los musicos, supongo; con la diferencia que yo a ellos solo les agradezco lo que hacen.
entras, recorres, anotas, preguntas, tocas, tomas decisiones, mensajes y llamados, te enojas, aunque cada vez menos con la edad.
sacas un par de fotos, sabes que falta un monton aun pero te vas con cierta satisfacción viendo que aquel 2D ya se puede recorrer:
esto es realidad aumentada, fuck pokemon go!
te vas contento,
a pesar de todo, te das el lujo de estar contento con lo que haces.
y decidis parar a almorzar camino al estudio; y leerte algun diario al sol.
y te encontras con los genios de La Nacion,
que ven la realidad desde sus cómodas oficinas en ese esperpento elevado que se robo el rio de vicente lopez en una votación sospechada en aquella noche sobre un fin de año.

nunca te preocupes por como son los procesos,
nunca les preguntes lo complejo que es lo que hacen,
por laburar en medio de la balacera de este pais tan adolescente y destructivo.
pediles rebajas, pediles que te devuelvan, pediles.
eso si,
si ellos publican las barbaridades que publican a veces, de las que con suerte se retractan en un cuadradito grande como un sugus,
tienen el amparo de la libertad de prensa, de la censura, de las fuentes protegidas...
no importa que en la misma tapa de ese mismo diario, diga que nuestra actividad cayo un 20% y que las tarifas subieron un 400%.
vos,
pediles.