El Fin de la Arquitectura
En la década de la vida de este gran Taller,
de una gran Facultad de Arquitectura
de un gran país de escasa población y de un pequeño
territorio apenas construído,
mil millones de habitantes
se han sumado al planeta.
Cada día nacen el doble de personas de las que mueren,
y el mundo es habitado cada día mas,
este mismo mundo,
al que nosotros vamos dando forma.
Nuevos materiales, nuevas técnicas alimentarias,
la unificación del tiempo y la instantaneidad;
el acceso absoluto a la información, y la manipulación de la
genética.
Las ciencias, la ingeniería, y la técnica,
han sido causa y efecto de este fenómeno irreversible de la
cultura sobre el soporte natural,
con el consabido desplazamiento de esa masa creciente,
que paradójicamente se agrupa, se concentra, abandona lo
rural
y habita mas denso, mas masivo, mas urbano.
En ese contexto, no parece que la disciplina haya asumido
semejante fenómeno,
donde la Arquitectura no parece tener sentido,
si no se la entiende como responsable de la formalización de
ese continuo.
Habitar ya no sea un problema edilicio, sino Cultural.
Si la Arquitectura no logra abandonar su narcisismo
mercantilista, e iconográfico;
si su objeto sigue vinculado a formalizar excedentes de
capital en busca de plusvalía;
si el Fin de la Arquitectura y su enseñanza, no logran
asumir su responsabilidad en las mesas de grandes decisiones para estos
escenarios,
habremos sido participes y responsables del fin de la
arquitectura.
Estos espacios, estas aulas ampliadas a región, que resisten
y registran, que se piensan, se convocan y se suman sean tal vez, en escenarios
tan rutilantes y catódicos, pequeñas plataformas de resistencia silenciosa, de
resiliencia y de construcción de alternativas, en donde lo que proyectemos a
futuro asuma la complejidad del Habitar a escala, y nuestras decisiones y
nuestras obras, se asocien a la legitimidad de nuestro soporte natural aun
cuando esta interpele y modifique la legalidad establecida,
detrás de argumentos y decisiones pertinentes, inmanentes,
de su lugar y de su época.
Y así, detrás de esos sencillos Principios,
encontraremos nuestro trascendente Fin.
Pablo Ferreiro / AFRa
Honrado y contento, para el Taller Danza
Mayo 2016
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