megaenergico,megafachero, Bjarke Ingels (BIG) ante el reciente encargo del diseño del pabellón para la Serpentine Gallery sentencia ante la atención de quienes transformaran sus palabras en edificios : “ sin tener ningún tipo de diseño en mente imaginemos esta clase de (Eladios Diestes) lógica”.
El nombre propio no sale en subtítulos, casi como un aporte más a la construcción desde el silencio.
Es fascinante ver que la historia en general y la de nuestra disciplina en particular construya estos bucles espaciotemporales, siempre fue así, solo que a veces el contraste se vuelve tan grande que aporta nitidez a la imagen.
El casi asceta Eladio, quien entendió como nadie las posibilidades tecnológicas, económicas y sociales de la producción de la belleza desde los márgenes del discurso hegemónico en ese entonces , apareciendo como maestro oculto para la producción de la tal vez mas prestigiosa condecoración mediática de la expresión de arquitectura en nuestra época.
Eladio construía procesos en los cuales la arquitectura era el objeto que los encarnaba, en sociedades artesanales, austeras cuando no pobres, pero con un alto valor intelectual, moral y porque no, espiritual.
Un tributo a lo intangible, una esperanza para los que creemos en las ideas como el mayor capital.
Bjarke produce en los márgenes del mundo también, pero le toco el círculo externo, el de todos los recursos industriales y materiales, donde los ladrillos que son de metal llegan al final de su obra sin ser tocados tal vez nunca por la mano de una persona (así se lo ve en el mismo programa).
No se trata esto de una oda a la pobreza, ni mucho menos de subestimar aquellas lógicas productivas que nos son ajenas, sino tan solo de valorar la inteligencia en función de los contextos y las épocas.
En eso trabajamos todo el tiempo, apoyándonos a veces (muy pocas) en torres y otras tantas (las mas) en bastones.
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