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lunes, 24 de noviembre de 2025

70 cigüeñas y ninguna flor

Reflexiones luego de Estepa 2024 y de la feria AOG 2025

 

Estepa 2024 – Viaje de estudios con el Taller Nación

Pareciera que vamos a rumbo a un aterrizaje forzoso en aquella arena interminable, cuando la súbita aparición de un largo oasis verde anuncia la llegada al alto valle del Rio Negro, esa centenaria y fabulosa obra del estado nacional, de la cultura argentina, donde se crearon miles de hectáreas productivas, una economía y una cultura, en una época añorada donde las utopías se volvían reales.

 Diques, canales, represas; agricultura y energía, riego petróleo y gas: buena parte del combustible que el país necesita para levantarse cada día se genera aquí, en el corazón energético del país.


No importaba tanto si Rio Negro o Neuquén, en tanto Nación, hasta que los 90 dan el primer paso a la balcanización: los recursos ahora son de diferentes polígonos que dividen el suelo nacional vaya a saber detrás de que albur geométrico dibujado por intereses antiguos que nada ayudan para administrar lógicamente hoy los recursos.

Aquí se respira algo de enojo con Buenos Aires, esa Buenos Aires que, entre muchas restricciones, en su momento también planificó ese valle y esas obras colosales; pero que hoy solo representa los únicos problemas que las provincias, con un poco de razón y mucha ingratitud, dicen tener.

El monolito de la plaza central de Neuquén marca la distancia en kilómetros a varias ciudades importantes de un mundo que no incluye a Bs As obviamente; se inauguró una ruta directa de Neuquén a Texas, ese otro epicentro de la energía global, sin escala en la ciudad de la furia por supuesto. Tensiones y pulsiones más que atendibles teniendo en cuenta la historia de la construcción nacional y el rol del puerto de Buenos Aires, pero claramente a esta altura, necesitadas de encontrarles el tono justo y ecuánime en pos de un desarrollo integral necesario si queremos subirnos al tren de la historia.

Nuestro lejano oeste crece desordenado y caótico, urgente y productivo, con poca atención sobre la calidad de vida de quienes trabajan aquí día a día: camioneros que duermen en sus camiones a la espera del turno para levantar las arenas de los nuevos yacimientos, arenas que se esparcen en el cotidiano atravesar las poblaciones del valle, dejando además de arenas en las vías respiratorias, pozos en sus caminos y algún que otro accidente vial.


El campamento Añelo deviene en pueblo y sus rentas por alquileres nada deben envidiarle a Puerto Madero.

Otros excedentes impactan en Neuquén y Cipolletti, y la lluvia de ladrillos pone en jaque tierra fértil productiva y costa de ríos que tanto costaron generar, en aquellos años que se hablaba de utopías y no de rentabilidad.

Sería deseable que cuando se acabe el negocio, vaya a quedar algo que trascienda a la extracción; ya hemos visto muchos casos parecidos aquí y allá en todo el continente; y todavía estamos a tiempo de organizar saludablemente este y otros procesos análogos que comienzan a darse, aunque los discursos de época, no nos permiten ser muy optimistas.

Uyuni, Bol. Minas de Sal

Serra de Navio, Macapa, Br. Mina de Manganeso

Añelo, Neuquen, Arg. Vaca Muerta


AOG 2025 – Feria del Petróleo y el Gas, predio ferial de Palermo, Bs As.

Un rumor lejano y frenético nos va guiando hacia esos pabellones centenarios.

El ganado o los caballos de la plaza central han sido reemplazados por grúas y complejas bombeadoras de fractura del suelo; ¡el picadero se ha tecnificado, y como!

Este reemplazo simbólico habla un poco del nuevo modelo económico del país, allí donde el campo va dejando de ser la única gallina de los huevos de oro, y esa otra economía extractiva, en este caso de minerales gas y petróleo, Rigi mediante, compite por el primer lugar en la generación de ingresos para las arcas de la nación.

Bueno, no esta tan claro que entren a las arcas de la nación, pero sí que hay mucho dinero en juego.

Entrar a los pabellones de la rural en Palermo, en esta edición de la Expo Argentina Oil y Gas, es entrar a uno de los lugares de más concentración de dinero y trabajo del país: gente por todos lados, cocteles aquí y allá, conferencias, mesas redondas y rondas de negocios.

Mas de 500 expositores, y una primera lectura de la convocatoria (desde el campo proyectual urbano o arquitectónico al que pertenecemos):

No hay un solo stand de representación del gobierno nacional, ni de ninguna dependencia que pudiera tener que ver con planificación, sustentabilidad o un pensamiento integral del fenómeno territorial que supone esta economía.

EN 540 stands, no hay un solo espacio para organizaciones o agrupaciones ambientales: como suele pasar en estas instancias, los ambientalistas denuncian los daños en algunas tribunas, y el mercado opera en otras, y nunca se potencia el valor de la verdad de lo que cada sector representa.

  

Hay varios stands de provincias, que representan la atomización del territorio integrado, en una lógica que ni siquiera responde a los mapas de las cuencas, ya que varias de ellas pertenecen a más de una provincia o incluso, de un país. Cada una presenta su oferta de yacimientos y muestra el potencial de esos paisajes lunares que cada provincia posee dentro de su polígono territorial.

   

Habrá algún tejido infraestructural de distribución y transporte que integre y optimice el sistema en conjunto? 

¿Dónde esta ese mapa? ¿Dónde el proyecto? ¿Quién lo debiera liderar, quien pondría los recursos?

La operación ferroviaria que enhebro el sistema agroexportador habilitando millones de hectáreas productivas rumbo al sistema de puertos de la segunda mitad del siglo 19 pensada desde Bretaña, aquí brilla por su ausencia, y las disputas políticas por las decisiones estratégicas no acompañan la velocidad implícita en los planes e intereses de las empresas y sus inversiones.

De hecho, llama poderosamente la atención el saber, luego de preguntarlo varias veces con bastante incredulidad, que el presidente de la Nación, o alguna alta autoridad nacional, promotora del Rigi, no inauguraran o capitalizaran políticamente semejante encuentro, lo que pareciera sugerir que nadie está pensando integralmente esta gigantesca operación para los próximos años.

Seguramente cada provincia esté activamente trabajando, y probablemente los gobernadores y sus equipos (algunos presentes aquí) tengan instancias integradoras, pero lo que la expo expone, valga la redundancia, no habla de eso.

Ahora bien, que tiene que ver la arquitectura con esto?

Podríamos argumentar dos dimensiones al respecto:

En lo edilicio, lo poco que se expone aquí, está relacionado a construcciones modulares, que optimizan tiempos y logística para operar en estos paisajes tan aislados y hostiles: módulos con prestaciones y cualidades mínimas indispensables en todo sentido, pensadas para optimizar tiempos de armado y desarme. Ni siquiera la posibilidad de armar una industria de la construcción de lo efímero, ya que seguramente en breve, galpones chinos para armar como mecanos que incluyan hasta el último tornillo, proliferaran, como lo hacen ya en Uruguay, y en esa invasión de bicherío metálico, el diezmado del poco padrón de pymes metalúrgicas que aun sobrevive al nuevo (viejo) modelo.       

                

En otra escala, algún proyecto de desarrollo de parque industrial, algo así como un pedazo de estepa alambrado y subdividido cerca de la ruta del petróleo; y no mucho más.

De los intentos de organizar y desarrollar Añelo, o los crecimientos de San Patricio del Chañar y poblaciones cercanas, o del impacto de la operación en Cipolletti y Neuquén, nada.

Solo galpones y construcciones temporales, unos campamentos lo más básicos posibles, que al momento de abandonar el lugar cuando el recurso se agote o cambie la matriz, puedan abandonarse con bajísimos costos dinerarios y un buen pasivo ambiental.

Nada que la historia del país y la región no conozcan a la perfección.


La otra dimensión es la que nos interesa y que poco interesa:  que el pensamiento proyectual pueda poner a la vista alternativas para la construcción del habitar y el sentido de los lugares, que puedan trascender una coyuntura y que puedan quizás, asumir nuevas hipótesis que no solo dependan de una operación especifica:  y esto que puede sonar idealista o ingenuo, tiene aquí cerca, en la construcción del Alto valle, un ejemplo ineludible que se vuelve referencia. Infraestructuras que han creado un lugar habitable que ha trascendido su lógica original, que aun ante un cambio de matriz económica pueden igual generar sentido, asumir transformaciones, y seguir siendo pequeñas centralidades tan necesarias en la ecualización de nuestro extenso territorio.





Y que de alguna manera lo tiene también el proyecto de urbanización que acompaño el proyecto del Chocón, aquí cerca también, en esta usina energética para el país que es Neuquén.



Hubiera sido valioso ver toda esta energía y fuentes de trabajo que por años serán tan importantes para nuestro desarrollo en una proyección integrada, en un proyecto que reúna a la lógica puramente económica, opciones de carga de sentido y más que pasivos ambientales, activos, para el futuro desarrollo de la vida, que ayuden a ecualizar el concentrado habitar en solo 3 o 4 lugares de nuestro extenso territorio.

Nos vamos yendo de la expo asombrados con la escisión entre la lógica productiva y la habitabilidad de estos fenómenos, pero pensando en otros modelos análogos en la historia de estas operaciones, y en todo lo que hay por hacer aun. 

Hay mucho para aprender de Brasilia, no por sus edificios y todo lo que tanto nos atrae de su arquitectura, sino por el motivo profundo que subyace tras su construcción: algo se podría relacionar por estos días de relaciones carnales....pero esta hipotesis, en el proximo posteo. Suficiente por hoy!


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